domingo, 27 de septiembre de 2015

Empresas sociales, creación de riqueza contra la pobreza... por Alberto Jiménez Merino

El hombre más rico de Babilonia decretó, hace 4 mil años, que para lograr el éxito económico es indispensable ganar a temprana edad el primer centavo y luego, escuchar el sonido que generan dos centavos. Con base en lo anterior, puedo asegurar que no hay mejor camino contra la pobreza que la creación de empresas.

Ganar el primer centavo supone la obtención y venta de un producto o la prestación de un servicio que otros necesitan, abasteciendo así mercados existentes o estudiando las necesidades para su atención. Se trata de identificar y atender necesidades.

Sin embargo, 8 de cada 10 mexicanos no tenemos educación financiera y esto ha retardado el desarrollo del espíritu emprendedor. No existen hábitos de ahorro con el pretexto de que nunca nos alcanza el dinero que ganamos. Tampoco sabemos que podemos emprender ni en qué.

Mario Borguiño, en su libro “El arte de hacer dinero”, dice que no importa cuánto ganes sino, cómo gastas, cómo ahorras y cómo inviertes, y recomienda gastar 80 centavos, ahorrar 10 e invertir 10 de cada peso ganado. Si hay deudas destinar 10 centavos más para cubrirlas y gastar sólo 70, así como invertir en cosas que ganan valor con el tiempo.

Muchas personas están comprando cosas que no necesitan con dinero que no tienen para impresionar a personas que no conocen. La competencia entre seres humanos es una práctica que realizan 9 de cada 10 personas según Dennis Waitley, en su libro “Para ser el mejor”.

La mejor estrategia para tener éxito se compone de conocimientos existentes o desarrollados y la disponibilidad de medios de producción. Comúnmente, en los programas públicos, se otorga capacitación pero no se apoya para obtener medios de producción.

Pero quizá lo más grave es que, la formación profesional de la mayoría de las carreras no considera el autoempleo o la ocupación productiva como opciones de desarrollo laboral porque la enseñanza de la economía tradicional aún no la incluye.

La formación recibida estuvo y está, en muchos casos orientada, para esperar que el gobierno o las empresas existentes nos contraten, con nula orientación vocacional y apoyo para el autoconocimiento personal, que ayude a conocer nuestros talentos y habilidades.

Desarrollar empresas no es algo que nos hubieran enseñado en la formación agronómica que recibimos en Chapingo. Lo que más se le parecía es el concepto de sistemas de producción, pero el concepto de agronegocio y empresa no existió en una enseñanza informativa y desarticulada, con materias que no tenían interrelación y no formaban parte de una meta productiva.

Seguramente por todo esto, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), un 40 por ciento de los profesionistas menores de 30 años se encuentran desempleados o subempleados y los 12.5 millones que tienen trabajo, ganan en promedio 3 salarios mínimos. No obstante, actualmente los jóvenes están mucho mejor preparados sin embargo tienen mayores dificultades para encontrar oportunidades laborales.

Cada uno sabe hacer bien algo. En muchos casos lo que hace falta son programas que incentiven el emprendedurismo. Encontrar las principales actividades productivas de cada comunidad, conocer sus necesidades de apoyo y vincularlas con los mercados, es una buena fórmula. Así se inicia la construcción de cadenas de suministro y se desarrollan las cadenas productivas.

Hay mucha capacidad emprendedora entre la sociedad en los diferentes segmentos poblacionales, las mujeres, los jóvenes, la tercera edad o las personas con capacidades diferentes, pero sin apoyo para fortalecer empresas existentes y promover la creación de nuevas, se ve imposible solucionar el problema de pobreza que venimos arrastrando.

La creación de empresas sociales de productos y servicios es, sin duda, uno de los mejores caminos para generar riqueza que resuelva la pobreza de nuestra gente. Estamos rodeados de recursos y oportunidades, falta una educación y capacitación más pertinente a las necesidades de familias y sectores productivos, faltan programas que fomenten a la producción y productividad y falta mayor voluntad de los gobiernos para resolver la pobreza.


@jimenezmerino
Fb: alberto.jimenezmerino


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