sábado, 2 de marzo de 2013

Mixteca Poblana: recursos hidráulicos en riesgo

Nota publicada en Sobre T
Por: Alexis Aguilar



Mucho se ha dicho acerca de la importancia que tiene el campo mexicano en la producción de la riqueza nacional, y de la gran variedad de cultivos que se produce en cada estado y cada región que lo conforma, pues México posee una gran diversidad de climas que hacen de este país un terreno apto para una infinidad de cultivos; sin embargo, en la Mixteca Poblana, al igual que en todos lados, hay dos elementos imprescindibles para obtener los frutos de la tierra: los campesinos y el agua; de los primeros hay en abundancia, de lo segundo, no.
 
En aquella región del estado de Puebla, conformada por 45 municipios, hay un gran porcentaje de personas que se dedican a la agricultura, y aprovechan para ello la temporada de lluvias, la cual se ha visto afectada por los recientes cambios climáticos que han provocado lapsos irregulares de precipitación, menor nivel de lluvia o, por el contrario, el azote del granizo, factores que perjudican seriamente las cosechas y que orillan a los productores a solicitar indemnizaciones gubernamentales, que suelen ser insuficientes y tardías.
 
La región Mixteca, es particularmente vulnerable a estos problemas cuando se trata se sembrar por riego, pues es necesario para ello contar con fuentes seguras y suficientes de agua, que sirvan para irrigar los cultivos de maíz, frijol, calabaza, jitomate, etc., además, no sólo es el campo el que necesita el vital líquido sino, por supuesto, las familias que padecen de la escasez del mismo. Y si a eso le agregamos que la accidentada geografía de la zona y su clima semiárido hacen difícil localizar el agua, y que por si fuera poco, la población de escasos recursos no puede pagar costosas exploraciones, la situación se complica.

Mayor población, mayor consumo de agua
 
Según la Comisión Nacional del Agua, la Mixteca Poblana tiene en promedio sólo 400 milímetros de lluvia al año, por lo que se subdivide en tres zonas de riesgo según su nivel pluvial, sin embargo, otro dato alarmante es el que respecta al cauce de los 10 ríos que entran en contacto con la región: sólo tres de ellos mantienen su afluencia, los demás están prácticamente secos o demasiado contaminados, por lo que el estado de Puebla ostentó en 2012, el primer lugar de contaminación de ríos según la Asociación Poblana de Empresas de Medio Ambiente.
 
De acuerdo con la clasificación antes mencionada, el área se separa en tres sectores llamados corredores, clasificados por la cantidad de lluvia captada al año, siendo el corredor Tepexi de Rodríguez-Ixcaquixtla-Acatlán de Osorio, el sector señalado como de alto riesgo, pues capta únicamente 600 milímetros de lluvia al año, tomando en cuenta que se refiere a un litro de agua que llueve en un metro cuadrado de terreno anualmente.
 
Ante tal situación, la población, que crece de manera rápida y exponencial, necesita cada vez más de un abasto regular de agua limpia, que sirva para su consumo, para las actividades domésticas y, claro está, para emplearla en su única fuente de ingresos, es decir, la agricultura, actividad que se ve golpeada también por el agotamiento de los nutrientes del campo, la necesidad de tecnificar los procesos de siembra y cosecha, y los altos costos de los insumos contra los bajos precios a los que tienen que vender sus productos.
 
Por ello, han buscado el apoyo en los gobiernos de los tres niveles, con la intención mejorar las condiciones en que trabajan y producen, pidiendo básicamente dos cosas: créditos para poder invertir en sus terrenos de cultivo y una regulación en el mercado agrícola que les permita vender sus cosechas a mejores precios, resumiéndose el problema a una cuestión económica, que es la característica del sistema capitalista que impera actualmente a nivel global.

Atender el problema desde abajo
 
Como ya se mencionó, la Mixteca padece la marginación social y desatención gubernamental que la condenan a vivir en estado de pobreza; sin embargo, se han realizado intentos para transformar esa realidad, de ahí que en los últimos años, el Movimiento Antorchista, nacido en aquella región poblana, es la única organización que ha hecho de esa causa su razón de ser.
 
Recientemente se llevaron a cabo los informes de gobierno en los municipios de Santa Inés Ahuatempan e Ixcaquixtla, Ayuntamientos gobernados por presidentes antorchistas, en donde las principales obras realizadas en 2012 estuvieron enfocadas a contrarrestar el desabasto de agua.
 
En Ahuatempan, se construyó una presa de 25 metros de alto y 9 de profundidad, sin importar que sean 5 kilómetros y un abrupto terreno los que separan la obra del centro de la comunidad. Por su parte, en Ixcaquixtla se perforó un pozo y se instaló la línea de conducción que llevará el vital líquido a la población, desde la fuente ubicada a 3 kilómetros de distancia.
 
Estas acciones sin precedentes, marcan un antes y un después en el desarrollo de esos pueblos, pero no son las únicas que el Movimiento Antorchista ha realizado, sino las más recientes e importantes, pues encabezando el gobierno o no, los antorchistas han gestionado recursos para perforaciones pozos y mejora de la infraestructura de agua potable en municipios como Tecomatlán y Tepexi de Rodríguez, por mencionar algunos de la Mixteca, pues en el interior del estado y de todo el país, hay gestiones similares.
 
De esta manera, la gente se ha dado cuenta que la solución a sus carencias no viene desde arriba, o sea de las altas esferas del gobierno, sino de la organización y la lucha por conseguir que se destine a sus municipios, algo de la riqueza que ellos mismo generan.