lunes, 20 de abril de 2015

Magueyes Agaves, armas contra pobreza, sequía y cambio climático

México cuenta con 150 especies de Agaves de las 250 que existen en el mundo. Destacan el tequilana, los mezcaleros y los pulqueros como los más conocidos y populares. Con excepción del tequilero, los demás siguen esperando apoyos y estrategias de fomento para mostrar su gran valor para la economía, la alimentación, la salud y el desarrollo sustentable de las comunidades.

Una mañana de septiembre de 1967, en Xantoxtla, perteneciente al municipio de Tecomatlán, ensillamos el burro y nos fuimos a un cerro del pueblo vecino de Tezoquipa. Llegamos después de casi 3 horas de camino. Mi padre buscó unas plantas en forma de flor, de hojas alargadas, de las que cortó las más maduras. Hizo tres manojos y los cargó en el burro para luego regresar a casa.

Era el maguey mezcalero que abunda naturalmente en la Mixteca Poblana, con un potencial cercano a 150 mil hectáreas en 70 municipios.

Ya en casa, utilizando una aguja de fierro hizo tiras que puso a secar y guardó. Estas tiras de fibra se remojan y se usan para amarrar manojos de zacate de maíz o manojos de tallos de ajonjolí que se cosechan frescos y se ponen a secar para obtener el grano.

Otra parte de las hojas las talló por ambos lados y obtuvo fibra para luego hacer mecates y lazos que servían para amarrar a los animales que teníamos. También conocí que las personas tomaban el agua hervida de esas hojas cuando les picaba el alacrán.

En otra ocasión subimos a buscar el maguey pichomel, cortamos sus hojas, las hervimos y el agua se la dimos a un toro que ya no se levantaba porque se había comido un alambre. Buscábamos cicatrizar sus heridas con este brebaje. Algunas personas en Acatlán de Osorio cuecen las hojas y luego extraen un jugo verde que se toma contra la gastritis con gran éxito.

No obstante de la importancia de recursos como estos, no conocí una sola mención sobre estas plantas y prácticas de la gente a lo largo de mi vida escolar, que duró 16 años. Y esto se debe a que no sabemos ni lo que tenemos, y las necesidades de las familias no se están abordando en la escuela. Se enseñan unas cosas y se necesitan otras. Así de simple.

Agaves como estos sirven para obtener fibras para muy diversos usos, la pulpa se emplea como jabón natural por su alto contenido de saponina, sus hojas secas son sustrato para obtener hongos, plantados en hilera protegen contra la perdida de suelo y conservan el agua, las flores se comen como verdura, los tallos florales o quiotes sirven como postes o polines. De uno se obtiene mezcal, miel de maguey, azúcar e inulina. Del pichomel se puede hacer pulque. Son muy resistentes a la sequía.

Recientemente hice un recorrido por Zacatlán para conocer avances del cultivo de maguey pulquero que realiza Desarrollos Agrícolas del Altiplano y Tecnología e Innovación del Pulque Industrial. En el 2006 empezaron a trabajar para rescatar el cultivo y reposicionar el pulque y sus derivados. Martín Pichardo, Humberto Ordoñez y Rafael Amador son los empresarios con esa visión.

El maguey pulquero proporciona aguamiel después de 8 o 10 años de crecimiento. Ésta se fermenta para convertirse en pulque que se consume natural o curado con frutas u hortalizas. El pulque se puede destilar y obtener una bebida semejante al tequila con más de 70 grados de alcohol.

Del maguey pulquero que cuenta con 14 variedades en Puebla, se obtienen pencas para cubrir la barbacoa, mixiote que es la piel de la hoja o penca para envolver guisos, flores que se comen como verdura, tallos para construcción, gusanos de maguey blancos y rojos, forraje para el ganado, azúcar, miel e inulina.

Es una planta que protege contra la erosión y conserva el agua en terrenos y manantiales, resiste la sequía y heladas de hasta menos 12 grados. Empieza a generar ingresos desde el primer año porque los hijuelos que produce se pueden retirar para su venta.

El maguey pulquero es una de las principales opciones reales para obtener etanol combustible por su gran volumen de biomasa y su alto contenido de azúcares. Con solo 500 plantas puede producir más de 500 toneladas por hectárea de material vegetativo por ciclo. Tiene un potencial de siembra de 300 mil hectáreas en 85 municipios del Altiplano Poblano pero también en Hidalgo, Tlaxcala, Estado de México, Distrito Federal, Querétaro y Guanajuato.




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