lunes, 13 de mayo de 2013

La BUAP prueba desde 2010 biofertilizantes en invernaderos de Tepexi



Desarrolla BUAP proyecto para producir abono

La basura orgánica contribuye a la contaminación porque al degradarse genera lixiviados y gases dañinos para la salud humana y al medio ambiente. Los hogares son la principal fuente productora, cada habitante genera de 1.5 a 1.8 kilogramos de residuos al día, de los cuales el 50 por ciento son desechos orgánicos.

Por esta causa, diariamente se acumulan altos volúmenes de este tipo de desechos en los tiraderos municipales. Tan sólo en la capital poblana ingresan diariamente al relleno sanitario alrededor de mil 800 toneladas de basura, de la cual el 90 por ciento es orgánica.

Con la finalidad de combatir esta problemática y aprovechar tales desechos, el maestro Armando Niño Lozano, académico de la Facultad de Ingeniería Química de la BUAP, desarrolla una investigación para producir abono orgánico con macro y micro nutrientes, a partir de desechos domiciliarios.

De basura a biofertilizante 
 
Niño Lozano desarrolla dicha investigación desde 2008, con ayuda del Departamento de Investigación en Ciencias Agrícolas (DICA) del Instituto de Ciencias (ICUAP).

El procedimiento de transformación para producir abono orgánico, explicó, requiere óxido de magnesio acondicionado como amortiguador del pH de la basura, lombriz roja california y una pre-composta (mezcla de materiales orgánicos) fragmentada.

Dicho método de lombricompostaje, que es una biotecnología apoyada en seres vivos, en este caso lombrices, para transformar materia orgánica, permite obtener abono orgánico de dos y medio a tres meses, con cargas de 30 kilos cada 15 días.

El fertilizante, abundó, es un excelente producto resultado de la ingestión y digestión de la basura orgánica por parte de las lombrices, a cuyas heces fecales se les llama humus. Después de filtrar o tamizar el humus de lombriz se obtiene un fertilizante orgánico de aspecto esponjoso, suave, ligero, granular, de color oscuro y olor agradable.

Al realizar análisis físico-químicos a dicho abono “se encontraron macro y micro nutrientes minerales, útiles para su aprovechamientos en la agricultura”, destacó Niño Lozano.

Los macro nutrientes son nitrógeno, fósforo, potasio, azufre, calcio y magnesio; los micro nutrientes son hierro, manganeso, cobre, zinc y sodio. Todos éstos son básicos para el crecimiento y desarrollo de cualquier planta.

Dichos nutrientes mejora las condiciones de cultivos como legumbres, hortalizas y frutos de invernaderos temporales, jardines y áreas verdes de domicilios. Además aumenta la permeabilidad y retención de la humedad del suelo, favorece la disminución del consumo de agua en cultivos y proporciona condiciones favorables de sustancias producidas por el metabolismo secundario de las bacterias, que son estimuladores en los procesos biológicos de la plantas.

En 2010 el biofertilizante fue probado por el académico en invernaderos de producción de tomate y jitomate en el municipio de Tepexi de Rodríguez, cuyos resultados fueron aceptables y la producción se comercializó sin problemas. 

La lombriz roja california 

De las más de ocho mil especies de lombrices existentes en México, el investigador del Colegio de Ingeniería Ambiental eligió a la lombriz roja california Eisenia foetida, por ser la más productiva, y cuyo hábitat y reproducción son los residuos orgánicos.

“Para que las lombrices aprovechen la basura adecuadamente, ésta debe estar totalmente descompuesta y en forma de lixiviado, por lo que debe tener un 80 por ciento de humedad y estar libre de sales minerales”, abundó.

Para iniciar el lombricompostaje, indicó el maestro Niño Lozano, sólo se utiliza un núcleo de lombriz adulta, porque los organismos se reproducen entre sí y al cabo de tres meses habrá un aumento de lombrices que demandarán más residuos sólidos. Por consiguiente, conforme va creciendo el núcleo de lombriz se genera más abono orgánico.

Sin duda, una de las ventajas del proyecto para producir abono orgánico es la reutilización de la basura orgánica y la generación de abonos naturales, lo que contribuirá a reducir la contaminación ambiental y los riesgos sanitarios, concluyó el maestro en Ingeniería Ambiental.