¿Por qué creo que Enrique Peña Nieto ganará las elecciones?
- Porque ha logrado mantenerse como puntero en las encuestas de principio a fin, con una ventaja de hasta dos dígitos. Aunque López Obrador dice tener estudios —que nunca ha exhibido— que lo ponen arriba en las preferencias electorales, lo cierto es que hasta la encuestadora más cercana a su causa, Covarrubias y Asociados, lo sitúa 10 puntos abajo del priísta.
- Porque el abanderado de la coalición de izquierda no logró consolidarse de manera consistente en el segundo lugar, a pesar del impulso que ganó en el primer debate de candidatos presidenciales organizado por el IFE. Para cachar el llamado voto útil —que en buena medida es un voto anti PRI— AMLO debió despegarse de Josefina Vázquez Mota al menos siete puntos.
- Porque López Obrador no supo o no pudo convencer a los electores del norte del país de que su candidatura no era un salto al vacío ni un peligro para México. Sus estrategas debieron acercarlo a la comunidad empresarial, sacarle raja publicitaria al apoyo que inversionistas como Alfonso Romo Garza le expresaron e incluir nuevas figuras norteñas, además de Manuel Clouthier hijo, en su gabinete.
- Porque la candidata panista entendió muy tarde, hasta el segundo debate presidencial, cuál es el tipo de campaña y discurso que sus seguidores esperaban de ella y el PAN, amén de que no supo zanjar en su momento las fracturas derivadas de la elección interna de su partido.
- Porque el PRI es el único partido en México con estructura nacional, a diferencia de lo que sucede con el PAN y los partidos de izquierda, que tienen presencia regional o limitada a zonas urbanas, o que operan más como un colectivo de tribus que como una organización política sistematizada y coherente.
- Porque el PRI, además de gobernar 20 de las 32 entidades federativas del país, ha logrado persuadir a los gobernadores tanto de su partido como del PAN que es la opción más segura y que más les conviene en aras de mantener sus privilegios y prebendas como virreyes. ¿Con cuántos sufragios a la causa peñista contribuirán las estructuras de operación política y movilización electoral de estos ejecutivos estatales?
- Porque a pesar de todos los defectos del PRI y del ex gobernador del Estado de México, la mayoría de los mexicanos —sobre todo los del norte del país— no están dispuestos a correr el riesgo de un “cambio verdadero”; prefieren un “cambio seguro”, sin sobresaltos ni sorpresas. En otras palabras: más vale malo por conocido que bueno por conocer.
- Porque los poderes fácticos de México, como los dueños de las televisoras, los grandes inversionistas, los líderes sindicales del SNTE y Pemex, la jerarquía católica, El Yunque, los militares de alto rango y hasta los jefes de los cárteles de la droga se sienten más tranquilos con una figura que ya conocen y los conoce, que con un político de izquierda que promete la transformación a fondo del sistema político mexicano. Los influyentes detrás de la candidatura de Peña Nieto creen que con éste recuperarán sus aportaciones en efectivo o en especie invertidas en la campaña o que, cuando menos, no serán afectados en sus intereses y privilegios.
- Porque en la mayoría de las entidades donde, a la par de las elecciones federales, se llevarán a cabo comicios para gobernador, presidentes municipales y diputados locales, el PRI también va a la cabeza o en segundo lugar. En Jalisco, Chiapas y Yucatán sus candidatos son los favoritos. En Guanajuato mantiene una cerrada disputa con el PAN; y en Tabasco, con la coalición de izquierda. En Morelos y el Distrito Federal, que serán ganados por la izquierda, los priístas tienen asegurado el segundo lugar.
- Porque el movimiento juvenil #YoSoy132, que logró irrumpir en el aburrido proceso electoral como una bocanada de aire fresco y generar un sentimiento de rechazo hacia el PRI y Peña Nieto, tampoco fue un factor determinante para que la elección se polarizara entre aquél que propone el cambio seguro y el otro que plantea un cambio verdadero, principalmente porque, al centrarse sólo en ataques contra el candidato tricolor, perdió respaldo ciudadano y, en algunas ciudades, incluso se fracturó. Además, limitó su campo de acción a las redes sociales, lo que lo mantuvo alejado de grandes sectores de la población que no tienen acceso a ellas.
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Simón dice:
“La política es el arte de obtener el dinero de los ricos y el voto de los pobres con el pretexto de proteger a los unos de los otros.” Anónimo
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