lunes, 13 de julio de 2015

Agricultura Urbana, Educación Alimentaria, Salud y Economía Familiar

En las ciudades, 8 de cada 10 familias mantienen la costumbre de tener y/o cultivar plantas, principalmente de ornato, pero también de uso medicinal y, en menor escala, hortalizas. Una proporción importante de ellas tienen animales como perros, gatos, cerdos enanos y especies domésticas menores.

La producción de alimentos en pequeños espacios fue el inicio mismo de la agricultura, cuando los recolectores empezaron a sembrar cerca de la casa aquellas semillas que les proporcionaban el sustento básico para su alimentación.

Una tendencia gubernamental dominante que considera a la gran empresa agropecuaria monopólica como la única opción valida para el desarrollo alimentario, provoca con frecuencia un menosprecio por la agricultura familiar y un olvido notable en la atención de estas microempresas, desde la capacitación, asesoría, la provisión de insumos, equipos y tecnología para este sector con el pretexto de que no es rentable.

Sin embargo, la pirámide poblacional agroalimentaria tiene en su base a más del 80 por ciento de productores que sólo producen para el autoconsumo, y en las ciudades, a un porcentaje idéntico de familias que tienen por costumbre poseer plantas o animales.

Adicionalmente, hay que considerar que uno de los mayores problemas de salud de nuestro tiempo es el sobrepeso y la obesidad de la población, con graves consecuencias en la salud reflejándose en enfermedades como la diabetes y la hipertensión.

A la falta de alimentos que provoca desnutrición en una población cercana a los 40 millones de personas a nivel mundial, hay que agregar que 7 de cada 10 adultos tienen sobrepeso u obesidad.

Estas enfermedades nutricionales tienen su origen en la falta de una suficiente educación alimentaria que oriente sobre las posibilidades alimenticias que hay en cada comunidad rural o urbana, así como las combinaciones y cantidades necesarias de alimentos. 

El resultado de tantos transtornos nutricionales que hoy tenemos, se deben a que nadie nos enseñó a comer correctamente; ni en la casa ni en la escuela, y la publicidad de los alimentos chatarra superan en mucho a las orientaciones existentes sobre el buen comer. Estas son algunas causas por las que estamos desnutridos o pasados de peso. 

Por ello, hay una gran necesidad de promover la sana alimentación y nutrición a través de la orientación a madres de familia y sus hijos para recuperar o desarrollar una cultura productiva que permita obtener y consumir alimentos sanos, pero también para reducir el gasto a través de ahorros generados por la autoproducción allí en donde sea posible.

En este punto es en donde la agricultura urbana tiene una gran oportunidad como proveedora de alimentos sanos, principalmente hortalizas y productos cárnicos, provenientes de aves y conejos como lo más adaptable a pequeños espacios.

El huerto y la granja urbana han hecho posible la producción de parte de lo que la familia necesita. De llegan a generar ahorros en alimentos que alcanzan los 8 mil pesos por familia al año. Para lograrlo, actualmente se capacita a los participantes, y con gran entusiasmo participan también los niños, quienes obtienen así las bases para un mejor desarrollo personal. Muchas familias han comenzado a comercializar excedentes y a considerar el desarrollo de proyectos de mayor tamaño.

La llave de entrada a este desarrollo es la capacitación alimentaria y nutricional. Porque no hay una sola madre que no quiera alimentar mejor a sus hijos. Una alimentación más sana fomenta la autoproducción y esto permite el rescate y desarrollo de una cultura productiva en adultos y niños, ahorros en la compra de alimentos y venta de excedentes para obtener ingresos y apoyar a la propia economía familiar. Este tipo de proyectos han sido y son los caminos para revertir la pobreza de miles de familias que dependen del asistencialismo, principalmente gubernamental.

La agricultura urbana tiene hoy más de 20 modelos validados por la Secretaria de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) del Gobierno de la República. Desde huertos en tierra, macetas, camas biointensivas, cultivo en agua, huertos en paredes, azoteas, camellones y boulevares, terrenos baldíos, jardineras, áreas comunes de unidades habitacionales, escuelas y casi cualquier espacio con tierra o sin ésta.

Por eso, la SAGARPA, por decisión del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, creó en el año 2013 el Programa Agricultura Familiar Urbana y de Traspatio para apoyar la alimentación, la salud y la economía de las familias en condicion de pobreza, en las zonas urbanas y periurbanas. 


@jimenezmerino
Fb: alberto.jimenezmerino


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