viernes, 9 de enero de 2015

Indígenas recurren al TEPJF para combatir racismo del PRI poblano

Ana Isabel Allende Cano, líder estatal del PRI. Foto: Archivo
Columna publicada en La Jornada de Oriente

El reclamo de que grupos y comunidades indígenas se vean representadas en las candidaturas del PRI se topó con la intolerancia y cierta dosis de racismo de la dirigencia estatal de este partido, encabezada por Ana Isabel Allende Cano, que le contestó a los solicitantes que se deben disciplinar y aceptar que no hay la más mínima posibilidad de que algunos de los 16 aspirantes a diputados que el tricolor postulará en los próximos días pueda ser un miembro de alguno de los pueblos originarios del estado.

Este miércoles, luego de que un grupo de priistas indígenas encabezados por Fidencio Romero Tobón exigieran espacios al partido, la dirigencia priista les respondió que hay “línea” del Comité Ejecutivo Nacional de que en Puebla se debe beneficiar a la organización Antorcha Campesina, razón por la cual el candidato del distrito de Ajalpan –que es una de las tres demarcaciones reclamadas por los demandantes– saldrá de las filas de dicha organización, que es encabezada y controlada por la familia de Aquiles Córdoba Morán.

Miembros del PRI poblano quisieron esgrimir el argumento de que son indígenas los miembros de Antorcha Campesina, y por tanto con la postulación de uno o dos antorchistas, se estaría cumpliendo con el mandato del artículo 175 de los estatutos del partido que obliga al mismo a nominar a aspirantes a cargos de elección popular que sean originarios de pueblos autóctonos.

El grupo encabezado por Romero Tobón respondió que de parte de ellos no hay oposición al ejercicio de los derechos políticos de Antorcha Campesina, pero esta es una organización política que vela por sus intereses propios y nunca se ha involucrado en la defensa y promoción de los derechos y cultura indígenas.

Ante la cerrazón que mostró la dirigencia del PRI para permitir que haya candidatos indígenas en los distritos de Huauchinango, Ajalpan y Zacapoaxtla, las agrupaciones indígenas que pidieron espacios tomaron la decisión de recurrir al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) a exponer que se les está excluyendo de la contienda priista.

Para ello se expondrá ante el TEPJF que desde el año 2005, por mandato constitucional, el entonces Instituto Federal Electoral redefinió 28 distritos electorales del país para que en esas demarcaciones se agruparan comunidades que tienen mayoritariamente población indígena, y de esa forma, en esos espacios los partidos postularan únicamente a miembros de etnias del país. Como una manera de garantizar a los miembros de los pueblos originarios la posibilidad de acceder al Congreso de la Unión.

Como parte de ese proceso, en el caso de Puebla se definieron tres distritos indígenas, que son: Huachinango, Ajalpan y Zacapoaxtla.

Ahora el PRI, desconociendo ese mandato constitucional y sobre todo sus propios estatutos que promueven la inclusión social, busca imponer a Carlos Barragán Amador en Huauchinango, a Óscar Aguilar González en Zacapoaxtla, y a Edith Villa Trujillo en Ajalpan, quienes no son indígenas, son ajenos al tema de la cultura y los derechos de los pueblos autóctonos y sus posibles postulaciones como candidatos a diputados federales se hicieron sin tomar en cuenta a las agrupaciones indígenas de esas demarcaciones. Tal situación plantea un escenario de nuevos conflictos para el PRI poblano, el cual sigue dando palos de ciego con su dirigente Ana Isabel Allende.

Más allá del tema de la repartición de cuotas de poder entre grupos, organizaciones y líderes del PRI, dicha negativa a darles candidaturas a los indígenas encierra un problema latente de racismo, que es propio del tricolor y del PAN.

En el PAN se entiende esa condición, por ser un partido reaccionario y profundamente racista, pero en el caso del PRI resulta sorprendente que teniendo un sector campesino les niegue espacios a los indígenas. No cabe duda que dicha fuerza política sufre un proceso de derechización que se está agudizando.

Si el PRI aceptó malbaratar el sector energético del país, a nadie le debe sorprender que ahora les niegue representación a los pueblos indios.


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