domingo, 13 de septiembre de 2015

La política, factor de unidad y progreso comunitario...por Alberto Jiménez Merino

Nueve de cada diez personas en el mundo se encuentran compitiendo unos contra otros, sin saber que cada individuo es diferente.

Es imposible comparar y decir que uno es mejor que otro porque, al ser diferentes, no hay elementos para esto.

Todos somos buenos en algo, todos tienen al menos un talento muy bien desarrollado aunque con frecuencia, no saben cuáles. Conocerse a sí mismo es todavía una tarea que les cuelan no ha hecho.

Por esta razón, es tan importante la política, ésta que a la mayoría de los jóvenes no le gusta Y por lo cual no participan, dejando que otros tomen las decisiones por ellos para luego quejarse por ello.

Les guste o no la política, mi recomendación es que procuren estar cerca de donde se toman las decisiones para poder incidir e influir, siendo actores de las mismas.

La política es el arte de unir a la persona para lograr una meta, es el factor para hacer posible lo deseable uniendo el talento, la voluntad, la capacidad, la experiencia, y la fuerza de los individuos.

Por lo tanto, política no es hablar mal de los demás, competir con ellos, ofender no oprimir, quitarle sus bienes, perseguirles por no pensar igual.

Hacer política es poner al ser humano y sus necesidades como el objetivo principal de los esfuerzos personales. No puede concebirse la vida si no es para servir y el poder público, si no es para ayudar.

Hay muchos problemas y necesidades en las comunidades. Recientemente, la Agencia Nacional de Administración del Espacio (NASA) de los Estados Unidos, predijo que para el año 2100 la cantidad de bióxido de carbono llegará a 900 partículas por millón, hoy está en 400. Pero también la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), estima que para el año 2050, cuando la población mundial sea de 9 mil millones de personas, se requerirá ven un 75% más de alimento que en la actualidad.

Contaminación y deterioro ambiental, pobreza, inseguridad alimentaria pública, problemas de salud como desnutrición, sobrepeso, obesidad, y cambio climático son las mayores preocupaciones actuales.

Escasez de agua, limitado tratamiento y reúso, escasez de lluvia, mayor incidencia de huracanes, heladas, granizadas y aumento en la incidencia de plagas y enfermedades, son también grandes preocupaciones.

Por esto, la política pública, aquella que identifica y atiende un problema público bien delimitado con la participación del afectado o beneficiario, tiene que fortalecerse. 


Para lo anterior, se requiere una sólida y gran política de planeación te diagnostique e identifique correctamente los problemas, los priorice, establezca plazos y evite las ocurrencias personales o los caprichos de los gobernantes que, en el afán de trascender, olvidan completamente al ciudadano haciendo obras que nadie pide. Sin embargo, se requiere de una política hidráulica que resuelva el problema del agua, una política alimentaria que atienda el abasto de alimentos, la producción y la nutrición de la población, políticas públicas en favor del cuidado del ambiente como condición de viabilidad del mundo, así como detener el deterioro y revertir la cultura destructiva de los recursos naturales, recuperar la vegetación, los espacios y los cuerpos de agua.

Una política educativa que capacite al individuo para la vida y el trabajo que hoy, a juzgar por el alto nivel de desempleo o subempleo de profesionistas, no está ocurriendo. Pero sobre todo, una política que atienda al ser humano, principio y fin del hacer público y promueva la unidad como condición para el progreso de los pueblos y ciudades, ajena a mezquindades partidistas y a propósito insanos donde el centro de la atención sea el gobernante.


Pueblos, pobres confrontados y divididos, se hacen más pobres.



@jimenezmerino
Fb: alberto.jimenezmerino



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