Como una de las más importantes reflexiones del Día Mundial de la Tierra, celebrado el pasado 22 de Abril, puedo señalar que si no se hace algo diferente a lo realizado, no podremos recuperar el suelo, el agua, las especies animales ni la vegetación que hemos perdido en cantidades alarmantes.
Según un estudio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), hemos perdido el 40 por ciento de las especies animales en los últimos 50 años. En la Mixteca poblana, una sola vez en mi vida he visto los acociles, camarones de río, y solamente una vez pude ver pasar por el patio de mi casa un venado cola blanca. La caza para satisfacer necesidades básicas y la caza furtiva, la falta de refugio y alimento, no han dejado que se recuperen las poblaciones de animales.
Ha disminuido población de acamayas en la sierra norte de Puebla y de escamoles en Ixtacamaxtitlan a niveles de riesgo de extinción. Igual sucede con el ajolote o con el jonote, árbol que sirve para hacer el papel amate. Y no es diferente lo que ocurre con el árbol de linaloé, la damiana y el orégano mexicano. La sobreexplotación y un manejo incontrolado nos han llevado a esta situación.
En el medio rural, el consumo de leña es para la preparación de alimentos una de las mayores necesidades de energía, pero también lo es para obtener los ingresos más inmediatos entre las familias más pobres. Al margen de la tala ilegal que es muy importante, no hemos enseñado a la gente las prácticas y métodos para producir leña.
Entre las especies forestales existen algunas de gran valor alimenticio y económico como el Piñon (Pinus cembroides) en las zonas templadas, el Cuahuayote (Jacaratia mexicana) y el Árbol del Borrego (Acasia sp), ambos de la mixteca. Las semillas de los dos primeros son comestibles y se venden por arriba de los 100 pesos kilogramo. Los brotes florales del tercero fueron un sustento alimentico en la infancia del escribiente.
Pero nunca se ha enseñado en las escuelas de esas regiones algo sobre estas especies y los métodos locales de producción y alimentación, y pensamos siempre que lo más importante son las enciclomedias, las computadoras y las tabletas. Y también más aulas y nuevas escuelas, y universidades y más infraestructura, que seguramente necesitamos, pero los recursos naturales se siguen perdiendo y la gente empobreciéndose aún más.
No hemos desarrollado una cultura de cortar y reponer la vegetación aprovechada, la del cuidado del agua y del suelo, la de aprovechar la fauna y los peces de acuerdo con sus ciclos de reproducción, con reglas básicas de aprovechamiento racional que evite el agotamiento e incremente los recursos.
Los métodos de reforestación tradicionales no han dado los resultados requeridos. Las quejas de planta pequeña que no sobrevive, la falta de riego en las reforestaciones urbanas, una buena parte sólo para la foto, especies no apropiadas a las condiciones ambientales, siguen escuchándose entre la gente.
La naturaleza repone la vegetación a través de la semilla que producen las plantas, el problema es que hay una degradación tal que no se logrará reforestar si no se modifican las prácticas como el pastoreo incontrolado y la prevención de incendios.
Por ello, y de común acuerdo, las Secretarías de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), la del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) y los municipios de Oriental y Cuyuaco, con el apoyo de la Universidad Tecnológica de Oriental (UTO) convenimos hacer una prueba piloto de reforestación aérea en dos sitios de 50 hectáreas cada uno, para recuperar dos áreas cerriles desprovistas de vegetación.
En esas áreas hubo piñón, es una zona de piñones. Vamos a utilizar semilla recubierta con nutrientes de esta importante especie alimenticia. Vamos a hacer algo diferente. Las ventajas de la reforestación aérea, aún por definir si será con helicóptero, avioneta o dron, son la amplia cobertura en superficie que se puede lograr desde el aire, sembrar áreas de las partes altas de los cerros a los que es imposible acceder y el aprovechamiento máximo de las lluvias al sembrar en seco en el mes de mayo. Ya hay experiencias en otros países. Ésta será la primera prueba en su tipo en el Estado de Puebla. Porque no podemos, según Albert Einstein, encontrar resultados diferentes si seguimos haciendo lo mismo.
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